Parecemos estar participando continuamente en una competencia para ser el más rico, el más exitoso, el más inteligente, el que mejor juega, el más “vivo”.
Esa actitud de soberbia es contraria a la generosidad, la empatía y la amistad porque impide comprender a los demás, y les hace pensar que no necesitamos de ellos. Para ser grande hay que ser humilde.
La...
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