El
filósofo Jean Pau Sartre afirmaba que “Cada hombre es lo que hace, con lo que
hicieron de él”, no es otra cosa que lo
que hace de sí mismo.
Desde
que nacemos, somos hablados por los demás. Nuestra mente es como una página en
blanco, donde todos comienzan a escribir: nuestros padres, maestros, las
instituciones, profesores, la Iglesia, configurando una serie de esquemas mentales,
convicciones o creencias, acerca de quiénes somos y lo que debemos ser.
Muchos se quedan aferrados a esos
mandatos. Otros, recogen las partes buenas y malas de su historia en la
construcción de un futuro. De nada sirve vivir reclamando lo que no nos tocó en
suerte, o cumplir con deseos ajenos. Algunos viven etiquetados por lo que se
debe hacer. Es una manera de no crecer personalmente, de no arriesgar nuevos
territorios.
Poder ser dueños de nuestra vida es un
giro radical, vivir por lo que uno desea es sentirse amo de sí mismo.
Julia Alvarez Iguña
1 comentarios:
Vivir con otra persona de forma armónica no es nada facil. Si “convivir con uno mismo” es dificil y entenderse consigo mismo muchas veces es complicado, pretender comprender los pensamientos, sentimientos y conductas de otra persona es doblemente complicado. Además, para “agravar” las cosas, esa otra persona es del sexo contrario (la mayoría de las veces) y por mucho que pretenda la sociedad contemporánea igualar a ambos sexos, la biología se encarga de recordarnos que somos c o m p l e m e n t a r i o s p e r o n o i g u a l e s . Hombre y mujer tienen diferencias incuestionables, cada uno con intereses, necesidades, gustos y conductas difernetes; el cerebro del hombre y la mujer se parecen mucho, pero tienen diferencias. Estas diferencias proceden de la evolucion de la especie hecho por psicologos clínicos de Madrid y sirve para que se complementen las tareas de la familia.
11 de febrero de 2015, 17:13http://www.cinteco.com/
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