Julia Alvarez Iguña

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Psicología On Line

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La Dependencia emocional

martes, 27 de octubre de 2015


Vivimos  atados emocionalmente a los demás, a las personas que amamos, y nos sentimos responsables por cada una de las cosas que hacen o dejan de hacer. Es como si una parte de nuestro cuerpo, hubiera tenido algo que ver, quedando impregnados con ese dolor, cuando la persona que lo cometió fue otro.

¿Algunos lo llaman sobre protección?

¿Por qué somos tan controladores, tan co-dependientes de los demás?  Queremos proteger y abrazar a todo el mundo, pero en ese abrazo nos olvidamos de abrazarnos a nosotros mismos.

Hay que aprender que se puede estar sin sufrir a pesar del padecimiento de otra persona, y sólo hacer lo que nos toca para cuidarnos. Significa que no podemos seguir cargando las consecuencias de los demás, sino dejar que cada uno elija su propio destino. No implica juicio, critica, ni condena. No es que el otro no me importe, sino poder ayudarlo, pero desde otro lugar, mi lugar.
No somos responsables de las acciones de los demás. Ese desprendimiento emocional, no es falta de amor. No es olvidar el problema, sino pasárselo a su verdadero dueño, para que aprenda la consecuencia de sus actos, que se responsabilice, que crezca y acepte que es inteligente y capaz de buscar sus soluciones.

Saber soltar las riendas del control y la obsesión del otro para dejarlo crecer, significa otorgar libertad y desprendernos de la esclavitud. El desprendimiento emocional es aprender a trabajar sobre mis errores y defectos, saber perdonar y hacer responsable al otro en las decisiones de sus actos.

Julia Alvarez Iguña

El tren de la vida

sábado, 4 de abril de 2015

Tu vida se asemeja a un viaje en tren que compartes con las personas más importantes. Durante ese viaje, tu vagón es frecuentado por distintas personas. En los primeros años, compartes el viaje con tus padres y más adelante se unirán algunos amigos y parientes próximos. Conforme el tren alcanza algunas estaciones (fin del colegio, universidad, ingreso en el mundo laboral, matrimonio, etc.), las personas que te acompañan van variando. Hay estaciones en las que no todo el mundo se detiene y representan crisis o sucesos vitales estresantes, donde el vagón de apoyo puede desempeñar un papel especialmente importante.

Unos suben y otros bajan y, por tanto, tu red social de apoyo varía. Sin embargo, toda persona que comparta trayecto contigo no tiene la misma importancia en tu vida. De esta manera, tus relaciones íntimas y las personas más próximas se sitúan cerca de tu asiento durante el viaje; aquellos que, aun siendo importantes, poseen una menor relevancia para ti se sitúan más alejados. El tipo de personas que haya en el vagón o la proximidad de esas personas a tu asiento no permanecen invariablemente durante el ciclo vital, sino que depende de la etapa de la vida en que te encuentres. Así, cuando eres pequeña/o tus padres están cerca de tu asiento y poco a poco se irán alejando a medida que entres en la adolescencia para volver a sentarse más cerca cuando entres en la madurez. Hasta que llegue una estación donde tendrán que bajarse…



La autoestima actúa a manera de defensa como el sistema inmunológico del psiquismo. Una buena autoestima permite enfrentar dificultades, no ser demasiado dependiente de los demás, ser asertivo en tus decisiones, sobrevivir a los fracasos y desilusiones, y sentirse digno de ser amado y respetado
Tu eres la reina de tu mente. Actúa como tal.La única persona que puede destronarte eres vos mismo. Nunca dejes de respetarte, vos valés porque vos lo decides. Si dependés de los demás para valorarte, esa valoración está hecha por los demás. ¡Piensa en negativo, y Perderás....! ¡Piensa en positivo, y tú pondrás el límite! No dejes que nadie deje caer tu corona.

La vida y los valores

sábado, 26 de julio de 2014


Parecemos estar participando continuamente en una competencia para ser el más rico, el más exitoso, el más inteligente, el que mejor juega, el más “vivo”.


Esa actitud de soberbia es contraria a la generosidad, la empatía y la amistad porque impide comprender a los demás, y les hace pensar que no necesitamos de ellos. Para ser grande hay que ser humilde. 


La Inteligencia emocional va de la mano de la humildad, donde no se pierde tiempo en competir con el otro, sino en mejorar continuamente las habilidades propias.



Al fin y al cabo ¿Qué hay más preciado, que utilizar nuestro tiempo para poder ser siempre un poquito más, pero para nosotros, no para los demás?

Julia Alvarez Iguña

Tiempo de cambios

jueves, 1 de mayo de 2014


¿Por qué sigues haciendo las mismas cosas que has hecho por los últimos años, y que no han dado resultado? Es momento de trazar una línea y pensar en descubrir nuevos territorios, deja los pretextos a un lado y decídete a luchar por eso que tanto quieres." 
Y no pongas excusas….eso es debilidad
Y no digas, empezaré mañana….eso es flojera
Y no digas, pero no tengo tiempo….eso es falta de voluntad!!!!!!!
Menos digas, estoy cansado, “Come on, wake up”….eso es puro pretexto
No sé hacerlo….pura mentira, al menos inténtalo
"Si pudiera hacerlo..." Por supuesto que podés hacerlo, nada es imposible. Imposible es aquello que ya pasó y que no puede ser modificado, como tu pasado. Sal del ayer, nuevas oportunidades te están esperando.

Julia Alvarez Iguña

El hombre es lo que hace de sí mismo

sábado, 26 de abril de 2014


El filósofo Jean Pau Sartre afirmaba que “Cada hombre es lo que hace, con lo que hicieron de él”no es otra cosa que lo que hace de sí mismo.

Desde que nacemos, somos hablados por los demás. Nuestra mente es como una página en blanco, donde todos comienzan a escribir: nuestros padres, maestros, las instituciones, profesores, la Iglesia, configurando una serie de esquemas mentales, convicciones o creencias, acerca de quiénes somos y lo que debemos ser.

Muchos se quedan aferrados a esos mandatos. Otros, recogen las partes buenas y malas de su historia en la construcción de un futuro. De nada sirve vivir reclamando lo que no nos tocó en suerte, o cumplir con deseos ajenos. Algunos viven etiquetados por lo que se debe hacer. Es una manera de no crecer personalmente, de no arriesgar nuevos territorios.

Poder ser dueños de nuestra vida es un giro radical, vivir por lo que uno desea es sentirse amo de sí mismo.

Julia Alvarez Iguña


viernes, 13 de diciembre de 2013

Los adioses

La vida está continuamente llena de adioses, de despedidas. Dejan espacios abiertos, muchas veces dolorosos, recuerdos que impiden avanzar. Nuestro primer adiós se inicia con la despedida del vientre de nuestra madre. El adiós a los azules momentos de la infancia. El adiós cuando dejamos de ser niños y debemos enfrentar el mundo por nosotros mismos. El adiós a nuestro primer amor, el adiós a los hijos, el adiós a los padres.

Esas partidas son fundamentales para nuestro crecimiento, son parte de la vida. Crecemos en el dolor, o nos quedamos apegados a la misma pena. No podemos vivir atados a lo que fue. Guardar esos recuerdos muy dentro nuestro, y desapegarnos de las ataduras que nos ligan al pasado.


Es allí donde está la grandeza del ser, en desandar caminos, en abrir nuevas puertas para dar lugar a nuevas bienvenidas.


Julia Alvarez Iguña